Cuando se elige un destino para las vacaciones, uno en el que descansar, en el que disfrutar del sol y de la gastronomía, una pequeña isla frente a la costa de Sicilia debería aparecer en la mente de todos. Hablamos de Favignana, una de las islas Égadas. Sí, esas de las guerras púnicas. En sus poco más de 35 kilómetros cuadrados encontrarás desde historia hasta playas, desde jardines hasta ciudades y, como no podía ser de otra forma en Italia, deliciosa gastronomía –no se puede pasar por Sicilia sin probar los cannoli–. Y en sus costas hasta pecios hundidos y mucha vida submarina, no en vano, todo el archipiélago es la reserva marina más grande de Italia. Pero, de nuevo en tierra, el alojamiento no debe desentonar… como I Pretti Resort.
Favignana, esa isla
Para empezar la tranquilidad llega de la mano del hidroala, el aliscafo, que une Favignana con Trapani, ya en Sicilia. Un hidroala que se puede aliar con tus vacaciones y alargarlas, porque cuando el mar se pica, los siete kilómetros de travesía son insalvables. Con su pequeño tamaño, son pocos los coches que hay en Favignana, la bicicleta es la reina –aunque las motocicletas van ganando terreno–.
La historia de Favignana va ligada a las canteras de tufo, una roca formada por arena y crustáceos compactados durante milenios, que sirvió durante muchos años como material básico de construcción en la propia Favignana y en toda Sicilia. La otra pata fue la familia Florio y su tonnara, una almadraba tradicional que ha estado en funcionamiento hasta hace relativamente poco.
I Pretti Resort
Si uno decide pasar unas vacaciones en un lugar así, el alojamiento tiene que estar a la altura y I Pretti Resort lo está. Para empezar se trata de un edificio con historia. Ubicado en el mismo puerto, era una antigua conservera de sardinas construida por Eugenio Pretto –de ahí el nombre de Pretti– que acabó por vender la propiedad a la familia Florio.
La terraza
Las malas lenguas dicen que el piso superior del edificio fue mandado tirar por Ignazio Florio Junior porque su mujer no podía ver la vecina isla de Levanzo desde el balcón de palacio Florio. Gracias a eso hoy se puede disfrutar de la terraza de I Pretti Resort con sus vistas de paisajes y de la vida del puerto. También se cuenta que una red de pasadizos unía el palacio con el edificio y que el señor Florio se escapaba por él algunas noches…
El jardín y las suites
Dos mil metros cuadrados de jardín que hacen olvidar a cualquiera que está a pocos metros de un puerto en que, además de los hidroala, no paran de entrar y salir barcos de pesca y de paseo. Es el centro del resort, todas las habitaciones tienen acceso por el jardín y disponen de un pequeño espacio privado de zona verde.
Amplias camas, algunas con dosel, conexión a internet, limpieza de líneas y colores… entrar en las suites es permitir que los sentidos se relajen y la mente se dé cuenta de que sí, está de vacaciones de verdad.
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