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Un jardín del Edén pop llega a lo alto de la Gran Vía de Madrid

Llega el verano y, ya que en Madrid no hay playas ni chiringuitos, ¡llegan las terrazas! Los madrileños están enamorados de sus terrazas y con el sol, las vistas sobre la capital y un cocktail en mano, el día laboral que acaba de terminar se ve con mejor ojo.

Terraza Indigo Gran Via Madrid Vistas
Foto: Hotel Indigo

Muchas de las terrazas más emblemáticas de Madrid se encuentran alrededor de la arteria más icónica de la capital: la Gran Vía. Y una de las últimas nacidas en la zona es la azotea del sky Lounge del hotel Indigo Madrid-Gran Vía, que ya habíamos visitado el año pasado y a la que hemos vuelto en ocasión de su re-inauguración. Sí, tan jóven y ya tiene nueva cara con su nuevo… ¡jardín vertical del Edén!

Teresa Sapey y su jardín pop en el sky Lounge del hotel Indigo Madrid-Gran Vía

La piscina infinita, los cocktails y las vistas sobre Madrid y su puesta de sol en la Casa de Campo no cambian, pero Teresa Sapey le ha dado un nuevo toque pop al sky lounge del hotel Indigo Madrid-Gran Vía.

Terraza Indigo Gran Via Madrid Interior
Foto: Hotel Indigo

La afamada arquitecta e interiorista italiana –que ha sido responsable de otros grandes proyectos en Madrid como la tienda Custo Barcelona de Claudio Coello, algunas de las piezas del colorido alumbrado madrileño o del aparcamiento de Vázquez de Mella en Chueca– quería darle una personalidad única a la azotea y, desde luego, lo ha conseguido. El proyecto de reforma ha afectado a las dos últimas plantas del hotel, la 11º y 12º, conectadas por la escalera helicoidal y la vertiginosa piscina infinita. En ellas la arquitecta ha recreado un mini universo acuático y botánico… ¡pero sin animales marinos ni plantas!

Terraza Indigo GranVia Madrid Teresa Sapey
Foto: Hotel Indigo

Un ambiente relajado, íntimo, acogedor y de desconexión en plena urbe que Teresa Sapey ha conseguido con texturas diferentes creadas por materiales como el terciopelo, los metales, la madera, vinilos y espejos. Todo con dos colores predominantes: el azul y el verde, para recrear ese ambiente natural y conectarlo con la piscina. En la primera planta una de las “joyas” de la arquitecta es el mapa a escala de la Gran Vía, construida en espejo, guiño al motivo recurrente del diseño de todo el hotel que es, justamente, la Gran Vía. Y, en la segunda, el pequeño bosque artificial multicolor con árboles estampados y falsos jardines colgantes.

La arquitecta habla de un «diseño utópico y con alma pop”. ¡No digáis que no sentís curiosidad por verlo!

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