Siempre se dice que el viaje comienza cuando tomas la decisión de salir o cuando compras los billetes. Es cierto. Pero hay cosas que tienes de antes y que también forman parte del viaje, pero no sólo de uno, de muchos viajes –aunque esto depende de la calidad del material y cómo lo trates–. Hablo de las maletas, esas compañeras de viaje que recorren tanto mundo como tú y que te permiten sentirte un poco como en casa cuando te pones esa camisa que te gusta o ese pijama con el que mejor duermes aunque estés en la otra punta del planeta.
Globe-Trotter maletas con historia
¿Qué pensarías si te digo que el capitán Robert Falcon Scott, sir Winston Churchill y la reina Isabel II tienen en común algo más que ser ingleses y tener títulos nobiliarios? Pues sí. Los tres usaban las maletas Globe-Trotter.
Si uno viaja a la Antártida, llevar las mismas maletas que sir Robert Falcon Scott no puede ser más elegante –aunque os deseamos, a vosotros y a las maletas, un final mejor que el del explorador–. Y, qué decir de que en tu luna de miel tu equipaje vaya en las mismas maletas que fue el de la reina Isabel II o tus documentos estén en el mismo maletín que llevaba sir Wiston Churchill. Y no es el único viaje “extremo” de las maletas Globe-Trotter sir Edmun Hillary las llevó hasta el campamento base del Everest en 1953.
La historia de las maletas Globe-Trotter
Son 117 –118 en 2015– los años que Globe-Trotter lleva fabricando maletas. Comenzó en Alemania en 1897, aunque en 1932 se trasladó a Inglaterra y desde entonces es una marca asociada con Gran Bretaña.
Todas las maletas Globe-Trotter están hechas a mano y a partir de un material inventado en la década de 1850: fibra vulcanizada. Se dice que soportan la presión de una pisada de pata de elefante… no encontraréis un lugar mejor para guardar vuestros objetos más delicados: desde esa figura de porcelana comprada en China hasta el más moderno de los gadgets tecnológicos. Pero ¿qué es la fibra vulcanizada? seguro que algo más que las simples capas de papel pegado que ellos dicen…
Colaboraciones de altura
Si a la durabilidad, resistencia y artesanía de Globe-Trotter unimos el diseño y la elegancia de Hackett London el resultado no puede ser más exclusivo. Maletas y maletines que, sin llamar la atención en la cinta de equipajes –¿quién no ha necesitado ponerse unas gafas de sol al ver salir maletas fucsia o con estampados de flores en un aeropuerto?– demostrarán que hay viajeros y viajeros.
No son los únicos que han colaborado con Globe-Trotter en el diseño de líneas exclusivas, de manera que seguro que encuentras una que se ajuste a tus gustos. Esquinas de cuero, remaches y cintas son los distintivos de una marca con mucha historia.
¿Te animas a cambiar de maletas?