Desde el pasado 8 julio las “Coteaux, Maisons & Caves de Champagne«, literalmente «laderas, casas y bodegas» de la Champaña (o del champán), han pasado a formar parte de la selecta lista de bienes declarados patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Y en Qué Lujo de Viaje no podíamos no rendirle homenaje al champán, bebida de lujo por excelencia, y a su zona de producción.
Un total de 24 bienes se han añadido al Patrimonio Mundial de la UNESCO y las “laderas, casas y bodegas de la Champaña” se han incluido en la categoría de los “paisajes culturales evolutivos vivos”. Se trata de una categoría creada en 1992 para designar las obras combinadas del hombre y de la naturaleza, o, dicho de otra forma, cuando una actividad humana es la fuente de nuevos paisajes y de una cultura particular.
Está claro que el paisaje vitícola del champán destaca por su historia –la producción empezó en el siglo XVIII y ha seguido de forma prácticamente ininterrumpida– y porque el producto final no es un vino cualquiera, sino algo que se ha convertido en un símbolo de muchas cosas: del lujo, del savoir faire francés, de las celebraciones…
La Champaña y la zona protegida por la UNESCO
La zona inscrita en el patrimonio mundial de la UNESCO se encuentra en el noreste de Francia, en el área de producción de DO Champagne, situada sobre todo en la región de Champaña-Ardenas –en los departamentos de Aube, Marne y Alto Marne– pero también en parte de las regiones limítrofes de Picardía –departamento de Aisne– y de la Isla de Francia –Sena y Marne–.
El territorio, de unas 1.100 hectáreas, incluye tres conjuntos: las «laderas» históricas, la colina de Saint-Nicaise en Reims y la “avenue du Champagne”, la avenida del champán en Épernay. Además, hay una zona añadida de protección alrededor de los tres sitios para favorecer su conservación y preservar los paisajes y patrimonio del champán.
Las “laderas” históricas, cuna del champán
La cuna histórica de la producción del champán se encuentra en la zona de Aÿ, Hautvillers y Mareuil-sur-Aÿ, dentro del Parque natural regional de la Montaña de Reims. Fue en la abadía de Hautvilliers donde el monje benedictino Dom Pierre Pérignon dio un paso fundamental en el nacimiento del más noble de los vinos…
Las bodegas –con 10 km de galerías subterráneas excavadas en creta (carbonato de cal terroso)–, las “coteaux”, literalmente “laderas”, los terrenos donde se encuentran los viñedos, y el patrimonio arquitectónico vitivinícola de esta zona representan uno de los tres núcleos del territorio declarado patrimonio de la humanidad.
La colina de Saint-Nicase, en Reims y sus galerías de creta subterráneas
El parc de la butt Saint-Nicase, el parque de la colina de Saint-Nicase, al sur de la ciudad de Reims, es otro de los grandes centros alrededor del cual gira la cultura del champán.
En sus inmediaciones se encuentra un conjunto de unas 370 galerías excavadas en creta desde la época medieval al siglo XIX. Verdaderas catedrales subterráneas que se siguen utilizando como espacios de vinificación y almacenamiento para decenas de millones de botellas, gracias a su temperatura (11-12º) y humedad (90 a 95 %) constantes. De sus más de 1.000 pozos de extracción se han extraído en el tiempo más de un millón de m3 de creta. Impresionante, ¿no? Las bodegas incluidas en el patrimonio de la humanidad son las de Pommery, Ruinart, Veuve-Clicquot, Charles Heidsieck, Taittinger y Martel.
Además de la galería subterránea hay, por supuesto, viñedos, y diferentes construcciones ligadas a la historia del champán, desde edificios industriales históricos a las villas de los dueños de las grande casas productoras, las “Maisons Champagne”–literalmente «casas de champán–, como el Castillo des Crayères o la Villa Demoiselle. También hay lugares que se construyeron para sus empleados, como el Parc de Champagne, para las actividades deportivas de los trabajadores de la Maison Pommery, o la “ciudad jardín” de Chemin-Vert, un barrio obrero que es como una pequeña ciudad con guardería, escuela, centro de salud, y la iglesia Saint-Nicaise.
La Avenue du Champagne de Épernay: de la Champaña al mundo
La Avenue du Champagne, en la localidad de Épernay, es el tercer polo del área declarada patrimonio de la Humanidad. En ella hay una gran riqueza de patrimonio tanto subterránea como en superficie. En el subsuelo hay otros 110 km de bodegas en túneles excavados en creta a partir del siglo XVIII y durante todo el siglo XIX. Y, en superficie, edificios industriales utilizados para la producción del vino, palacios –”châteaux”– de los dueños de las Maisons Champagne, parques y las infraestructuras de comunicación que unían la zona de la Champaña por un lado con Alemania y por otro con París, y de ahí al resto del mundo. Algunas de las galerías estaban en comunicación directa con un canal que llegaba hasta el río Marne y, después, con el ferrocarril.
El Fort Chabrol, en Épernay, también forma parte del patrimonio de la humanidad. Se trata de un instituto de investigación vitícola y enológica de Moët et Chandon y del sitio donde se creó la primera escuela práctica de viticultura.
Qué hacer en la Champaña: visita a las bodegas y viñedos
En Reims y sus cercanías, en la región de Champaña, hay muchas actividades relacionadas con la cultura del champán: visita a bodegas, viñedos, museos y hasta una “ruta turística del champán” que recorre el territorio de la Champaña. Por supuesto hay muchas experiencias gastronómicas con maridajes de champán.
Más información en la página web oficial de turismo de Reims (en inglés y francés), en la de la región de Champaña-Ardenas (en francés) y en la de “Paysages du Champagne” (en francés, aunque hay un pdf muy interesante en español sobre la historia del champán).
Bueno, y ahora, ¡Todos a celebrar esta noticia con champán!